Nauka
Ciencia

La enseñanza de La Iglesia Cristiana del Evangelio se basa en la Sagrada Biblia, que contiene un total de 73 libros: 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. La Iglesia también acepta lo contenido en la tradición de La Iglesia de los primeros siglos. Sin embargo, interpreta este contenido según lo que dice la Biblia, que es la autoridad final en asuntos de fe y moral.

Palabra de vida

Jn 15, 26

Pero cuando venga el Abogado que les enviaré a ustedes des del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio en mi favor.

Punto de vista

Esta parte contiene los puntos de vista de creyentes específicos. No representan la posición oficial de la Iglesia, sino sólo una opinión relacionada con un tema determinado. El administrador espera que al colocarlos en el sitio web de la Iglesia, se produzca una mejor comprensión del "punto de vista" sobre un tema determinado.

La guerra se disputa por tu fe

La pintura ‘’Los jugadores de ajedrez’’ realizada en 1831 por Moritz Retzsch, cuya copia original se encuentra en la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos (Dresden), puede ser igualmente vislumbrada en el corredor lateral de la iglesia de Góry Świętej Anny. La obra, de carácter alegórico, nos muestra dos personas jugando al ajedrez. Aunque pudiese parecer un simple juego, tras un escrutinio más riguroso, podemos ver que el tablero de ajedrez está colocado encima de un sarcófago. Sin lugar a duda, no se trata de un simple juego sino de una partida a vida o muerte. A un lado, observamos un hombre joven con una bolsa, como si estuviese de viaje, juega con piezas blancas y su cara de concentración y reflexión delata un combate desigual. Al otro lado, se encuentra nada más y nada menos que Satanás, el príncipe de la oscuridad, jugando con piezas negras: La mueca en su rostro refleja la expectativa de una victoria inminente. Detrás de él, aparece un león posando una de sus patas sobre un cráneo, tal estampa nos remite a las palabras de San Pedro – ‘’El diablo que es el enemigo de ustedes, ronda como león rugiente buscando a quien devorar’’ (1Pe 5,8).

Consultando diferentes fuentes, encontramos diversas interpretaciones a propósito de lo representado en la susodicha pintura. He aquí una de ellas: la figura cubierta con el abrigo es el rey negro – Satanás. Su ejército se dirige valientemente al combate. La reina negra es una sensual mujer que sujeta en sus manos la copa de los placeres. Los oficiales son los pecados. Delante del rey, está la incredulidad pisoteando la cruz. La hipocresía, con cabeza de gato, empuña un cuchillo en la mano derecha, escondiéndola tras la espalda, mientras golpea su pecho con la izquierda. El orgullo, cual pavo real, se pavonea vanidosamente con una corona en la cabeza, decorada con pequeñas alas desplegadas; en su mano sujeta una bolsa con dinero y su pecho esta henchido de órdenes. A la derecha de la reina, con una caja de ofrendas bajo el brazo, la avaricia i la envidia se muerden las manos. Mas adelante, la desidia, parecida a un cerdo perezoso, está sentada en un tronco con las manos colgando hacia el suelo. Mas allá del tablero de ajedrez, la pasión derrotada por el joven (la figura blanca) – la ira – en forma de pavo cubierto de espinas. Las pequeñas figuras negras representan las dudas acerca de la fe, con las cuales Satanás atormenta al joven. Del lado del joven, (figuras blancas) esta su alma bajo la forma de rey alado. La reina blanca representa a la religión – la protectora mas poderosa del alma humana: se trata de un personaje mayestático con grandes alas y una cruz en la mano. Los oficiales simbolizan la verdad, armada con escudo y antorcha (del lado derecho del rey) así como la esperanza – con un ancla. Mas allá del tablero y en posesión de Satanás se encuentran la humildad, mal vestida con un bolso al hombro, la inocencia en forma de un joven que extiende confiado su mano, así como el amor – dos niños juntos con una estrella entre sus cabezas. Satanás le quitó igualmente al joven la paz (figura con hojas de palmera en las palmas de las manos) y aprisiona esta ultima con sus dedos huesudos. La sensualidad, el ateísmo y los malos pensamientos, en forma de monstruos con alas negras, atacan ferozmente a la religión, la cual está en posición defensiva delante del alma. La ornamentación del sarcófago acentúa aun mas la atmosfera combativa. El personaje de la mujer cubriendo su cara denota remordimiento. El pájaro saliendo del sarcófago representa la muerte, la cual lo cubre todo de una telaraña de moho y podredumbre. Al fondo, entre los jugadores, la figura luminosa del ángel de la guarda del joven.

A juzgar por el numero de piezas en el tablero, el joven esta enfrascado en una partida desigual, instintivamente, no apreció e incluso subestimó a su adversario. Se encontró en una situación difícil y ahora ya no puede cometer errores. El artista parece querer transmitir lo que sucede en el alma humana, la lucha constante entre dos mundos: entre el bien y el mal, entre el espíritu y la carne. La obra es una advertencia para nosotros. Es importante resaltar que la partida aun no ha terminado.

Tomando en consideración que la partida se juega a vida o muerte, seria deseable que terminase en victoria para el joven. En la palabra divina encontramos muchas exhortaciones animándonos a luchar y no rendirnos, incluso cuando todo se tuerce.

„Timoteo, hijo mío, este el encargo que te hago de acuerdo con las palabras proféticas que fueron pronunciadas sobre ti: estimulado por ellas, entrégate a este noble combate, conserva la fe y mantén limpia la conciencia. Por descuidarla, algunos naufragaron en la fe” (1 Tim 1, 18-19).

Examinando la situación del joven, vemos que cometió un error y pecó, pero a pesar de ello, la partida continúa. La intención de Satanás es destruir nuestra fe. Ella es lo mas importante, nos ayuda a no rendirnos. Satanás es conocedor de esto i hace todo lo posible para debilitar nuestra fe, y así separarnos de ella. Cuando pierdes la fie, te estrellas. Los pecados debilitan la fe. Citaré las palabras que recientemente escuché de boca del Apóstol de la Iglesia, porque se ajustan a la situación que se muestra en la imagen.

„Sed consciente que Dios se toma su tiempo para preparar el tablero, pero en un movimiento clausura la partida. Lo mismo paso con el hombre cuando peca”.

En el ajedrez, la partida se termina con el jaque mate. En la vida sucede lo mismo cuando perdemos la fe. No puedes perder, puedes ganar esta partida a vida o muerte. No importa cuantas piezas pierdas, que importa si tu adversario te lleva ventaja. Dios en un instante puede cambiar la situación y hacerle jaque mate a tu contrincante. Cree en Jesús y obtendrás la salvación. Apela al sacrificio de Jesús, a su sangre la cual nos purifica de todo pecado. Santo Judas conocía el valor de la fe, por eso escribió estas palabras de exhortación: “Queridos hermanos, ardía yo en deseos de escribirles acerca de un asunto que a todos nos concierne: el de nuestra salvación. Pero ahora debo hacerlo forzado por las circunstancias, pues es preciso alentarlos a combatir en defensa de la fe confiada a los creyentes de una vez por todas’’ (Jds 3).

Estas palabras enfatizan la importancia de la fe. La fe solo es concedida una vez. Cuida la fe porque ella es lo mas importante. Cuando el hombre cae, tiene que purificarse. El poder de la sangre de Jesús es un jaque mate para el diablo. El objetivo del ataque diabólico es tu fe. Puede que tu conciencia nada te indique, pero esto no significada nada, mantén un combate constante por tu fe. Cuida de tu fe, no te dejes engañar, para no caer en la ruptura. Recuerda:

„Ahora bien, sin fe es imposible agradarle a dios” (Heb 11,6a), „En todo caso, la fe surge de la proclamación, y la proclamación se realiza mediante la palabra de Cristo.” (Rom 10,17).

La fe nace al escuchar la palabra de Dios, la escucha positiva de la buena nueva. Al escuchar las malas cosas, malas noticias, mentiras y calumnias, te encaminas hacia la muerte de tu fe. No permitas que tu fe muera. No creas en cada palabra, no aceptes la acusación sin testigos. No te dejes engañar. Se disputa una batalla por tu fe.

Elegidos para quemar incienso

¿Sabes que has sido elegido por Dios para quemar incienso en Su honor? Este servicio fue realizado por sacerdotes en la Antigua Alianza, pero también es una tarea para ti. Dios nos ha elegido, ha definido el propósito de nuestras vidas: estar delante del Seňor y servirle. Estar en presencia del Seňor, contemplarlo y quemar incienso en su honor, esa es nuestra tarea.

„Por tanto, hijos míos, no se descuiden, porque el señor los ha elegido para estar con él, para servirlo como ministros y para ofrecerlo incienso.” 2 Crónicas 29.11

Dios le ordenó a Moisés que construyera el Tabernáculo de acuerdo con el patrón que había dado en el Monte Sinaí porque quería vivir con su pueblo. El Santuario estaba rodeada por una valla. Se entraba en el Santuario por la puerta al patio exterior, donde había un altar para ofrecer ofrendas quemadas y una tina de cobre con agua para lavar. Dentro del Tabernáculo había un Lugar Santo y otro Santísimo, separados por un velo. Sólo los sacerdotes, descendientes de la línea de Aarón, el sumo sacerdote, podían entrar en el Lugar Santo. En el Lugar Santo, además del candelabro dorado y la mesa con pan de promesa, había un altar dorado, en el que el sacerdote quemaba incienso fragante dos veces al día. "Cada mañana, al preparar las lámparas, Aarón quemará incienso aromático sobre él; y a la caída de la tarde, cuando Aarón vuelva a prepararlas lámparas, quemará incienso de nuevo. Las generaciones venideras deberán ofrecer perpetuamente esta ofrenda perfumada delante del señor." (Exodo 30.7-8). "El humo de incienso también desinfectaba el Lugar Santo y lo rodeaba con un velo de misterio, simbolizando la presencia de Dios" (Comentario histórico y cultural sobre la Biblia hebrea). Detrás del velo estaba el Lugar Santísimo, donde solo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año en el Día de Expiación para encontrarse con Dios. En el altar dorado solo se quemaba incienso fragante, y una fragancia agradable se elevaba a Dios.

El incienso se hizo de acuerdo con la receta dada por Dios de resina fragante, hierbas, conchas, bálsamo y gálbano (Exodo 30: 34-38), era una expresión de la adoración más pura de Dios. La aplicación del incienso pueden realizarla solo sacerdotes, que habían servido en el Lugar Santo, adorando y dando gloria a Dios. Le daban las gracias por haber sacado al pueblo israelita de Egipto, revelando su poder y guiándolos a la tierra prometida. Los sacerdotes representaban al pueblo de Israel, trayendo sus peticiones y problemas al Señor, a los que él respondió con urim y tumim. El Antiguo Pacto es un reflejo del Nuevo Pacto. Dios nos ha invitado también al Lugar Santo para habitar en su presencia, estar delante de él y servirle: "también ustedes, como piedras vivas, se van construyendo como templo espiritual para formar un sacerdocio consagrado que, por medio de Jesucristo, ofrezca sacrificios espirituales y agradables a Dios" (1 Pedro 2.5). En el momento de la muerte de nuestro señor Jesús, el velo fue rasgado y el camino a Dios se hizo libre. Podemos venir al Padre a través de Jesús y darle gloria por Su gran amor por nosotros. "¡Pero ustedes son el pueblo elegido, los amados (sacerdotes) del Rey, una nación santa, un pueblo destinado a Dios como propio! ¿Por qué? Para que proclamáis las alabanzas de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa" – Comentario Judío sobre el Nuevo Testamento, autor D. H. Stern, donde leemos que la palabra "judío" es J hudi en hebreo, una palabra derivada de hod ("gloria, alabanza") y toda ("gracias"). Ser judío significa ser alguien que alaba y da gracias a Dios, y por lo tanto el nombre mismo del pueblo judío expresa el propósito de la elección de Dios de nosotros, no judíos, injertados en Israel y compartiendo sobre esta base la vida espiritual con Israel a través de su Mesías, somos elegidos para el mismo propósito.

¿Qué significa quemar incienso hoy?
El incienso es un símbolo de oración: "Que mi oración sea ante ti como incienso, mis manos alzadas como ofrenda de la tarde." (Salmo 141.2).

La oración es el lugar de encuentro con el Señor para alabarlo, para exaltarlo, para darle gloria. "Así que en todo momento ofrezcamos a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza que no es otro sino la ofrenda de unos labios que bendicen su nombre." (Hebreos 13.15). "Pensamos en esta ocasión en Su grandeza, Su maravilloso amor y muchas otras maravillas... podemos llevarlo al Padre, podemos expresarle lo que hemos visto y admirado en el Hijo". "Deleitarse con el Padre en lo que es su Hijo, en su belleza, en su amor, en todas sus riquezas personales. Este es incienso fragante para el Padre" ("La Casa Dorada" por Paul F. Kiene y J. Rouw). Gracias a Jesús y su sangre, podemos venir al Padre; ungidos con Su Espíritu, somos una dulce fragancia para el Señor, expresando gratitud por lo que él ha hecho por nosotros. Somos buen incienso cuando ofrecemos a Dios lo mejor de nuestro tiempo, de nuestros pensamientos, cuando oramos de todo corazón por otras personas "mientras otro ángel se colocaba junto al altar con un incensario de oro que se levanta delante del trono de Dios." (Apocalipsis 8.3). Una fragancia agradable, el mejor incienso ofrecido al Señor, es una oración en la que clamas en voz alta, pidiendo gracia no para ti, sino para otra persona. Dios es conmovido cuando pides por la bendición de tu hermano y hermana. La oración llena de amor para el prójimo es aromática pero apesta cuando está llena de egoísmo. Es la ofrenda de incienso fragante hecho de los ingredientes más preciosos: el amor que Dios quiere saborear. De la misma manera el sacrificio de Abel y Abraham fue una dulce fragancia para Dios. El Señor contesta seguro a tales oraciones, manifiesta Su poder.

¿Cómo es tu oración? ¿Fragante con la adoración de Jesús? ¿Llena de egoísmo o bendición del prójimo?

No descuides tu servicio ante el Señor, deja que tu oración tenga una agradable fragancia.

Trabajo en equipo (ESP)

El éxito de Pablo en proclamar el Evangelio se debe no sólo a su trabajo individual y dedicación al anuncio del Evangelio, sino que es el efecto del trabajo conjunto de muchos de sus discípulos y trabajadores fieles. La Biblia nombra a más de 40 personas que ayudaron a Pablo a difundir el Evangelio y establecer iglesias. La lista de los más merecedores incluye: Bernabé, Silas, Timoteo, Tito, Lucas, Priscila y Aquila, Filemón. Teamwork – trabajo en equipo, así se puede decir, usando lenguaje contemporáneo, sobre Pablo y su grupo de compañeros de trabajo, que estaban unidos por un objetivo común, un buena cooperación y apoyo mutuo, así como un sistema de valores y responsabilidad. Estas son las características de un equipo, en que todos trabajan juntos, se complementan y se apoyan mutuamente en el objetivo establecido, la misión. "Los grandes talentos organizativos de Pablo y el arte de reconocer a las personas se evidencian en la selección de individuos apropiados y confiándoles tareas de acuerdo con sus capacidades"1 Pablo es un individualista, pero está abierto a la cooperación y tiene el apoyo de muchas personas diferentes para establecer iglesias.

Su primer colaborador cercano es Bernabé, que significa "Hijo de Consolación", "Corrector" es una traducción del griego hyios parakleseos, que significa "Hijo de consejo", "Hijo de Consolación", "Hijo de amonestación", "Hijo de refrigerio"2. Este es el apodo del levita judío José de Chipre. El apodo en sí ya indica que estaba dispuesto a ayudar, apoyar a las personas en situaciones difíciles. Vendió la tierra que poseía y dio el dinero de la venta a los Apóstoles para las necesidades de la Iglesia. Lo que hizo Bernabé muestra que entregó todo su corazón a la Iglesia, en otra parte podemos leer que era " hombre cabal, de fe acendrada y lleno del Espíritu Santo" (Hechos 11:24). Gracias a la recomendación de Bernabé, Pablo se ganó la confianza de los cristianos en Jerusalén. "Entonces, Bernabé lo tomó consigo y lo presentó a los apóstoles. Les contó como Saulo había visto al Señor en su viaje hacia Damasco, de qué manera le había hablado el Señor y con que valentía había hablado en Damasco acerca de Jesús " (Hechos 9:27).

"Los nombres de los apóstoles de nuestro Salvador son bien conocidos por todos gracias a los Evangelios, pero en ninguna parte hay una lista de setenta discípulos. Uno de ellos iba a ser Bernabé, mencionado aquí y allá en los Hechos de los Apóstoles, y sobre todo por Pablo en su Carta a los Gálatas" 3. Bernabé fue uno de los setenta discípulos de Jesús y cumplió su voluntad, predicando el evangelio en Antioquía, donde llevó a Pablo para ayudar a la comunidad en rápido crecimiento. Después de un año de trabajar juntos en Antioquía, Bernabé junto con Pablo emprendieron el así llamado primer viaje misionero, viajaron juntos unos 2070 km. Inicialmente, fueron acompañados por Juan Marcos, a quien Pablo más tarde llamó "mi colaborador" (2 Tim). "La idea de la ayuda de Juan se expresa en el sustantivo hyperetes, que presumiblemente excluye la posibilidad de que pudiera haber sido una ayuda puramente externa, no relacionada con la obra de predicar el Evangelio mismo. Hyperetes es un auténtico siervo de Cristo que merece, en el lenguaje de hoy, ser llamado un verdadero misionero"4. De Juan Marcos sabemos también que se fue a Egipto y fundó la iglesia en Alejandría.

Pablo lleva un compañero en cada viaje misionero, comenzó su segundo viaje misionero (50-52 E.C.) con Silas, Timoteo se unió a ellos en Listra, y cuando Lucas se unió a ellos, entraron en Macedonia en un grupo de cuatro para confirmar en la fe las comunidades previamente fundadas. Silas era un judío de Jerusalén, considerado un profeta, uno de los "hermanos principales" (Hechos 15.22). Fue enviado por la Iglesia a sus hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia para comunicarles las decisiones tomadas por los Apóstoles en Jerusalén de anunciar el Evangelio "puro" y la unidad de la Iglesia. Pablo trabajo con Silas durante un año y medio en Corinto, viajaron juntos uno tres mil kilómetros durante el viaje misionero, siempre pudo contar con un ayudante dedicado como Silas.

imoteo, a quien Pablo llama "el hijo amado" (1 Corintios 4:17), es otro dedicado obrero misionero y compañero. Pablo distingue a Timoteo de entre sus colaboradores en la obra de predicar el Evangelio, enfatizando su abnegación, celo y devoción, dice: "no hay nadie en igual búsqueda del espíritu", "nadie como él comparte mis sentimientos ni se ocupa tan sinceramente de los asuntos de ustedes " (Flp 2:20). Desde el momento en que se convirtió en el ayudante del apóstol Pablo, siempre estaba listo para asumir cualquier tarea, el mismo Pablo confiaba en él. Timoteo se embarca en una misión a Tesalónica, Corinto y Filipos. Por orden de Pablo, organizó una colecta en Macedonia para los pobres de Jerusalén, "Por eso, no pudiendo aguantar ya más, decidimos quedarnos solos en Atenas y enviarles a Timoteo, hermano nuestro y colaborador en el anuncio del mensaje salvador de Cristo, con la misión de fortalecerlos y animarlos en la fe, para que ninguno sucumba ante esas pruebas a las que, como saben, estamos destinados” 3:1- 4). "Se dice de Timoteo que fue el primero en recibir el obispado de Éfeso, y Tito a las iglesias cretenses. [...] Entre los otros compañeros de Pablo, como él mismo testifica, Crescens fue enviado a la Galia, y Lino, a quien Pablo menciona en su Segunda Carta a Timoteo que estuvo con él en Roma, fue el primero después de Pedro en ser elegido obispo de Roma.

Clemente, el tercer obispo de la Iglesia de Roma, fue, según el testimonio de Pablo, su asistente y compañero de armas"5. Los altos cargos que ocuparon en la Iglesia dan testimonio de la competencia de los discípulos y compañeros que Pablo eligió para proclamar el Evangelio. El compañero de Pablo, con quien trabajó estrechamente, es Apolos, sobre ese trabajo Pablo escribe: ‘’¿Qué son Apolo y Pablo? Simplemente servidores que los condujeron a la fe, valiéndose cada cual del don que Dios le concedió’’. (1 Corintios 3:5). Pablo enfatizó la importancia del ministerio de Apolos y la interdependencia de sus esfuerzos apostólicos. Lucas, en el libro de los Hechos, lo describe como "hombre elocuente y muy versado en las escrituras. Había sido iniciado en el camino del Señor y, lleno de entusiasmo, hablaba y enseñaba " (Hechos 18:24-25). En Corinto, "Una vez allí, fue de gran ayuda para quienes por gracia de Dios eran ya creyentes; con sólidos argumentos refutaba en público a los judíos demostrándoles, con las Escrituras en la mano, que Jesús era el Mesías". (Hechos 18, 27-28).

También sería oportuno mencionar a compañeros tan importantes de Pablo como Tito, más tarde obispo de Creta, el matrimonio Priscila y Aquila, a quienes Pablo debía tanto, o Lucas el Evangelista, que en los Hechos de los Apóstoles nos dio información importante sobre Pablo y su actividad misionera. En Roma, donde vivía en un apartamento privado, gracias a Lucas, un fiel colaborador, Pablo pudo escribir cartas a las Iglesias para apoyarlas e instruirlas. "No se podía salir del apartamento de ninguna manera – escribe el padre Eugeniusz Dąbrowski en su libro "La historia de Pablo de Tarso" – porque estaba encadenado de tal manera que su brazo derecho estaba conectado con una cadena con el brazo izquierdo del soldado que le custodiaba. El nombre de custodia militaria se utilizaba para designar este tipo de encarcelamiento. Bajo estas condiciones, Lucas fue encargado de los deberes de secretario y enlace entre Pablo y el mundo exterior"6.

Pablo tenía muchos colaboradores, o, como él les llamaba, camaradas de armas. La mayoría de ellos le deben su memoria eterna, porque incluyó un testimonio duradero sobre ellos en sus Cartas. Además, en sus Hechos, Lucas también enumera a sus discípulos y da sus nombres"7. Estas personas, junto con aquellos que no pueden ser olvidados, forman el llamado Trabajo en Equipo (Teamwork) contemporáneo y son un ejemplo de un equipo de personas que cooperan estrechamente entre sí en llegar al objetivo establecido, que es el anuncio del Evangelio.

1. K. Romaniuk, Uczniowie i współpracownicy świętego Pawła.
2. D. H. Stern, Komentarz Żydowski do Nowego Testamentu, s. 378.
3. Euzebiusz z Cezarei, Historia Kościoła, I 12.1.
4. K. Romaniuk, Uczniowie i współpracownicy świętego Pawła, s. 108.
5. Euzebiusz z Cezarei, Historia Kościoła, III 4,5,8-9.
6. R. Brandstaetter, Dzieje Apostolskie.
7. Euzebiusz z Cezarei, Historia Kościoła, III 4.4.

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